Las calderas de biomasa, en lugar de quemar gas natural o gas-oil utilizan como combustible pellets (pequeños cilindros hechos comprimiendo residuos de madera), astillas de madera, cáscara de almendra, huesos de aceituna, pepitas de uva, etc. En el mercado, existen calderas a partir de 40 kW de potencia para instalaciones colectivas y también pequeñas calderas o estufas de pellets para calefacción individual.